Limpiar nuestra piel es algo fundamental y más en los tiempos que corren. Con una buena limpieza facial conseguimos eliminar células muertas, residuos, restos de maquillaje o impurezas.
Incluir una correcta higiene de nuestra piel en el día a día es algo que debemos hacer para proteger nuestro rostro. Cada vez son más los factores que afectan negativamente a nuestro cutis: la contaminación, el aumento de las temperaturas o en la época de verano, la continua exposición solar.
Todos estos factores pueden producir alergias, alteraciones en nuestro rostro o incluso señales de un envejecimiento prematuro.
Seguro que a muchos de los que estáis leyendo esto os ha pasado alguna vez que llegáis cansados a casa después de un largo día y lo último que os apetece es poneros a limpiar vuestra cara.
Tendemos a pensar que por uno o dos días no pasa nada, pero es que la piel tiene memoria y cada noche que acumulas sin limpiar tu cutis te acabará pasando factura en un tiempo.
Pasos para seguir una rutina facial
Cada piel es un mundo y no todas son iguales, pero hablando en rasgos generales, los pasos más importantes que debes realizar para iniciarte en esto de las rutinas faciales son lo que te mostramos a continuación.
Paso 1: Limpia y desmaquilla
El primer paso que debes realizar es limpiar y desmaquillar tu piel. Este paso es imprescindible para poder continuar con el resto del tratamiento.
Con esto conseguimos eliminar los posibles restos de maquillaje, la suciedad acumulada, el sudor y el sebo.
Utiliza productos como leches limpiadoras, agua micelar, gel desmaquillante… Masajea bien tu piel y llega a todos lados. Para retirar los posibles restos del producto limpiador utiliza un algodón con un poco de agua.
La zona del contorno de ojos es muy sensible por lo que se debe utilizar un limpiador adecuado para no dañarla y evitar posibles irritaciones.
Paso 2: Tonifica la piel
Usar un tónico ayuda a preparar la piel para que absorba el resto de productos del tratamiento de forma más eficaz. Además, cierra los poros y equilibra el PH del rostro.
Para aplicar el tónico utiliza un algodón dando pequeños toques y deja que se absorba.
En este segundo paso también puedes usar una mascarilla facial acorde a tu tipo de piel y dejar que actúe el tiempo indicado. El uso de mascarillas está recomendado entre 1 o 3 veces por semana.
Si se trata de una mascarilla hidratante aplícala después del tónico y si es una mascarilla de limpieza utilízala antes del tónico, pero después de limpiar tu rostro como te hemos indicado en el paso 1.
Paso 3: Hidrata
Hidratar nuestra piel es el paso imprescindible dentro de la rutina de cuidado facial.
Para hidratar nuestra piel primero debemos aplicar el sérum.
El sérum es un producto con una fórmula de activos en muy alta concentración y consigue penetrar hasta las capas más profundas de la piel.
Encontramos sérums para diferentes acciones y dependiendo del resultado concreto que queramos conseguir.
Utilizar sérum está sobre todo recomendado para las pieles más maduras. Para aplicarlo usa 2 o 3 gotas y masajea tu rostro con pequeños toquecitos.
Para mantener la elasticidad y que haga efecto barrera necesitamos de la humedad de una crema hidratante.
Selecciona una crema que contenga aceites vegetales, Vitamina E y ácidos grasos como es el ejemplo de la rosa mosqueta.
Hidrata la zona de la ojera con un contorno de ojos, a pequeños toques y sin arrastrar.
Paso 4: Protección solar
El uso de protectores solares es importante para evitar el envejecimiento prematuro de la piel. Los rayos solares son perjudiciales para nuestro rostro por lo que debemos evitar la exposición solar de manera excesiva y protegernos con cremas solares.
Este paso es sobre todo importante en las épocas que más estamos expuestos al sol.
Rutinas faciales dependiendo del tipo de piel
Aparte de los pasos básicos que os acabamos de explicar, cada tipo de piel necesita algunos cuidados específicos.
Podemos dividir los tipos de pieles en:
-Pieles secas: se caracterizan por carecer de agua y lípidos.
-Pieles mixtas/normales: combinación de piel normal/seca y grasa. Fácilmente reconocible sobre todo en la zona T de nuestra cara.
-Pieles grasas o con tendencia acneica: propensas a acumular grasa por lo que es más probable que aparezcan brotes de acné.
Determina tu tipo de piel y sigue una de las rutinas que te explicamos a continuación.
Rutina para pieles secas
Las personas que tienen tendencia a la sequedad en sus rostros deben seguir una rutina especialmente intensa para mantener la piel siempre hidratada.
Las texturas de los productos que se vayan a emplear tienen que ser más consistentes y enriquecedoras.
Los limpiadores más recomendados son los bálsamos, los aceites y las leches limpiadoras.
Aplica un sérum hidratante en las zonas más delicadas y una crema en el resto de la cara. Escogeremos productos que contengan mayor aporte de lípidos para nuestro cutis.
No se puede pasar por alto la elección de la crema solar que se basará en que tenga una textura rica.
Si tu piel es extremadamente seca puede que necesites una reaplicación de la crema para mantener tu piel hidratada durante todo el día.
Rutina para pieles mixtas/normales
Este tipo de pieles suelen acumular más grasa en la zona T del rostro (frente, nariz y mentón) mientras que el resto de la cara tiende a ser más seca.
Por eso, para la zona T te recomendamos que sigas una rutina similar a la de una piel grasa. Importante mantener esta zona limpia de impurezas y no usar productos que contengan base de aceite.
Para seboregular esta zona también podemos exfoliarla o aplicar mascarillas de arcilla dos veces a la semana.
En el resto de la cara, con mantener una hidratación adecuada nos será suficiente.
Basaremos la limpieza en productos como geles, espumas o aguas micelares.
Rutina para pieles grasas/con tendencia acneica
Una piel grasa no significa que esté hidratada. Para este tipo de pieles debemos mantener una adecuada rutina de cuidados sobre todo si queremos evitar la aparición de manchas, puntos negros y espinillas.
Exfoliar las pieles grasas ayudará a eliminar las pieles muertas que están en las capas más externas del rostro.
Es importante también seguir una rutina 2 veces al día, por la mañana y por la noche.
Las mascarillas de arcilla son muy beneficiosas para las pieles grasas, ya que son capaces de seboregular la superficie de nuestro rostro.
En cuanto a sobre cómo hidratar este tipo de cutis lo mejor es usar cremas ligeras y sin base de aceite, de lo contrario la probabilidad de aparición de granitos podría aumentar. Si estas cremas nos ayudan a proporcionar y retener el agua de la piel, mucho mejor.
La protección solar es más necesaria en pieles acneicas que en el resto de pieles, ya que si no protegemos adecuadamente las lesiones acneicas de nuestro rostro, estas nos dejaran marcas permanentes en la piel.
Algunas diferencias entre la rutina de mañana y de noche
Aunque debemos seguir el proceso de higiene facial 2 veces al día, hay pequeñas diferencias en los pasos a seguir dependiendo del momento del día en el cual la llevemos a cabo.
En la rutina nocturna es aconsejable hacer una doble limpieza, ya que nuestra piel se ensucia mucho a lo largo del día, cosa que no sucede por las mañanas, ya que mientras dormimos la piel solo genera pequeñas cantidades de sebo.
Tonificar el rostro es importante, pero tanto por la mañana como por la noche es algo de lo que podemos prescindir.
El paso de hidratar la piel es importante, pero en la rutina de noche se convierte en algo esencial, ya que los componentes hacen mejor sus efectos por la noche.
En la rutina de mañana el proceso de protección solar tiene gran importancia mientras que en la rutina de noche no es necesario aplicarlo y podemos suprimir este paso.
¡Y ya lo tienes! Ya estás lista para comenzar con tu rutina facial y conseguir que tu piel esté más bonita que nunca.
Recuerda siempre acompañar todos los pasos que te hemos explicado con un buen descanso, una alimentación sana y bebiendo mucha agua, como ya te explicamos en este post