La retención de líquidos

¿Sabías que podías aumentar hasta 2kg de peso por la retención de líquidos? Y ocurren dos cosas:

Puede ser algo puntual o puede ser una lucha constante, bien por alguna alteración hormonal, bien porque estamos tomando algún tipo de medicamento que nos altere nuestro sistema, porque estemos pasando por una temporada más estáticos, pasando más tiempo sentadas y más sedentarias (el teletrabajo en este caso, nos hace un flaco favor porque nos está afectando bastante, porque hace que no nos movamos tanto).

Otros motivos: por no hacer deporte, porque nos estamos alimentando mal, o incluso por estrés.

Beber mucha agua

Algo muy básico que todas sabemos, pero que muy pocas cumplimos es beber agua. Sí, es sencillo, básico y fácil, y sin embargo no lo hacemos con la frecuencia que corresponde. Debemos beber, al menos 2L de agua al día.

Hay muchas personas que nos vienen a la clínica contando que tienen mucha retención de líquidos, que quieren hacerse un tratamiento corporal y reducir esa retención de líquido y la piel de naranja, entre otras cosas.

Lo primero que preguntamos es “Cuánta cantidad de agua ingieren al día”. Normalmente no llega ni al litro y medio. A muchas nos pasa que nos cuesta beber agua, bien porque no apetece o simplemente porque el agua sin alimento o sin algún componente más no gusta y cuesta tragar.

Para solventar esta objeción, se puede introducir algún tipo de infusión después de cada comida. Una infusión calentita o algún té siempre nos va a ayudar, tanto a media mañana como después de cada ingesta.

Convertirlo en un hábito o rutinario será un gran aliado para empezar a combatir esta problemática. Si por lo que fuera, (que también nos hemos encontrado con esta objeción) no te gustan las infusiones calientes, opta por tomártelas con hielo, o algún tipo de jugo natural (eso sí, procura que no tenga excesivas calorías, ya que lo que estamos buscando es drenar el cuerpo y bajar esos 2kg de líquidos retenidos en tu cuerpo).

Hacer ejercicio también nos va a ayudar mucho en este proceso. Se recomiendan hacer unos 30 minutos diarios de un ejercicio suave para movilizar todo el líquido y para que nos ayude a combatir esa hinchazón.

Y sí, habrá muchas que me digáis “es que no tengo mucho tiempo para dedicar 30 minutos a entrenar”. Vale pues entonces has de procurar mantener un día más activo y dinámico. Hacer esos 8.000 o 10.000 pasos y salir a caminar, porque ya solo con el hecho de salir a caminar os va a ayudar un montón.

Si notas que tienes esa hinchazón en el talón, en los tobillos, en las piernas, puedes elevar las piernas o hacer movimientos circulatorios, mover los tobillos, caminar de puntillas. Son cositas muy obvias, pero que funcionan, porque de esta manera activamos la circulación y esas zonas donde el líquido está retenido empieza a drenarse.

Este consejo es de mis favoritos. Masajes circulatorios, con movimientos ascendentes de abajo a arriba, con los nudillos o con los dedos.

Mejor aún, si tienes a alguien cerquita que te los pueda hacer, muchísimo mejor porque será más placentero y poder así trabajar la zona donde tienes más problemas.

Duchas de agua fría

Las duchas de contraste son una maravilla para activar la circulación y el drenaje. Alternar agua fría y agua caliente varias veces (sabemos que en invierno se sufre un poco más pero lo agradecerás).

Si ves que no puedes soportar el agua fría, al menos evita el agua muy caliente porque eso hará el efecto contrario a lo que estamos buscando.

Algo a evitar: toda la ropa muy apretada como calcetines, ropa interior, zapatos, pantalones muy ajustados no nos favorece si tenemos problemas de retención de líquidos.

La posición postural. Si eres de tener las piernas siempre cruzadas, si te tiras durante mucho tiempo sentada no te ayudará a frenar esta retención, por ello, lo mejor que puedes hacer es ponerte un temporizador o despertador de al menos cada dos horas para recordarte que tienes que levantarte, moverte un poco, caminar.

(No hace falta que te vaya a pegar un maratón, entiéndeme) con que camines al menos 30 segundos, un minuto o incluso 5 minutos es más que suficiente para activar el cuerpo.

Procura también el tiempo que estés sentada mover los tobillos y las rodillas para que estas zonas no se queden congestionadas.

Son pequeñas cosas, que aparentemente son muy sencillas, pero que alargo plazo irás notando grandes cambios.

Moderación en las comidas

El consumo de sal. Moderación con el salero, por favor. No te digo que elimines de raíz toda la sal, pero si que es verdad que hay muchos alimentos que ya contienen sal. Lo que puedes hacer para reducir la sal es sustituirla por hierbas aromáticas, jugo de limón o jugar un poco con la comida para que así tenga sabor.

Bye al azúcar. Al menos ir eliminando poco a poco de tu dieta todos aquellos alimentos procesados, lo más natural posible, rica en verduras y frutas.

Consume proteína (aguacates, huevos, frutos secos, pescados) para evitar que los fluidos se acumulen y que tengamos unos niveles adecuados de albumina y consumir fibra para tener también mejores digestiones e ir mejor al baño.

Yo te aconsejo que mantengas un horario baño: por ejemplo, al despertarte, al llegar a casa después del trabajo, después de las comidas… más que nada para que tengas un control y comprobar si vas bien o no al baño. Ir dos o tres veces es bueno, no ir es un problema. Pero tranquila, tampoco te obsesiones con esto.

Dormir es fundamental, descansar tus 7 u 8 horitas y dedicarte tu tiempo para tu bienestar.

Y por último, pero no menos importante, los tratamientos de morfología corporal. En Estética XXI tienes un programa de remodelación corporal combinando equipos de infrarrojos y consejos alimenticios.

Con este tratamiento y todas las recomendaciones que te hemos dado en este artículo podrás combatir tu retención de líquidos en menos de lo que te imaginabas.

No te agobies, poco a poco, debemos ir introduciendo estas pequeñas cosas y tratamientos en tu día a día. No hace falta todo de golpe porque podremos coger manía a estos nuevos hábitos que queremos introducir en nuestra vida.

Cuida estos hábitos como un nuevo proyecto dedicado a ti, a tu autoestima y tu salud (física y mental) porque todo está unido.